Pese a la enorme cantidad de especies de hongos presentes en la atmósfera, son escasos los que tienen una verdadera importancia clínica como productores de enfermedades alérgicas.
Podríamos decir que los principales hongos alergénicos pertenecen a menos de una docena de géneros, a saber: Alternaria, Aspergillus, Cladosporium, Penicillium, Helminthosporium, Epicoccum, Fusarium, Rhizopus y Mucor.
Libro de las Enfermedades Alérgicas de la Fundación BBVA.
En el exterior de las viviendas se debe evitar:
- La vegetación en estado de descomposición.
- Remover las hojas caídas.
- Acúmulos de restos orgánicos (basureros, estercoleros, silos, etc.).
- Acudir a zonas de recolección de cosechas.
En el interior de las viviendas deberemos:
- Evitar la humedad, sobre todo en la habitación, baño y cocina.
- Evitar plantas de interior y flores secas de adorno.
- Ventilar con frecuencia las zonas oscuras y húmedas de la casa, y utilizar en ellas pinturas antimohos.
- Limpiar con frecuencia los filtros de los aparatos de aire acondicionado y deshumidificadores con soluciones antifúngicas.
- Secar bien la ropa y el calzado antes de guardarlo.